Bienvenidos a mi mundo nuevamente. Han pasado varios meses desde aquel 12 de julio del año pasado cuando escribí por última vez, me parece una eternidad. He estado ocupado en otras cosas y ahora después de esta pausa regreso para quedarme por otro rato largo. Como pueden ver hemos comenzado el año nuevo con nuevo look, y seguirán llegando más cambios con el tiempo para seguir la renovación del blog. Tengo muchas cosas para comentar acerca de lo que ha sucedido en este tiempo y muchas ganas de hacerlo, así que vamos ahora a lo que vinimos, dejemos que ruede la pelota.
Atrás quedó el mundial y ya vamos por la mitad de esta temporada futbolera en Europa. Viviendo en Madrid sigo un poco menos la Serie A italiana pero tengo la oportunidad de seguir con mayor atención la Liga española de Primera División, la supuesta “mejor liga del mundo”. Realmente no sé con qué criterio se considera esta la mejor cuando el nivel de calidad en la liga es tan irregular y deficiente, lo suficiente como para que exista una diferencia de 13 pts entre el primero y el tercero de la tabla, habiendo sumado más puntos que los líderes de las demás ligas europeas jugando menos partidos.
En realidad la calidad de la liga española será tema de otro día porque el argumento del día de hoy lunes 10 de enero del 2011 es el premio que se le otorgará dentro de pocas horas a uno de los siguientes tres jugadores: Andrés Iniesta, Xavi Hernández y Lionel Messi. Hoy se hará entrega del FIFA Ballon d’Or 2010, la primera edición del premio desde que se fusionaran el antiguo y respetado Ballon d’Or de France Football con el ridículo trofeo FIFA World Player que otorga el ente máximo del fútbol asociado a nivel mundial desde 1992, tratando de imitar sin éxito a la revista francesa.
Aquí empiezan a levantar la ceja algunos lectores apenas ven que tildo de ridículo el premio de la FIFA, y pretendo explicar el porqué de mi opinión, como de costumbre. El mejor ejemplo lo encontramos convenientemente en los candidatos al premio en discusión del que hablamos. Yo siempre pensé que en la revista France Football tenían un criterio bastante profesional a la hora de premiar a los futbolistas y que sólamente en ocasiones puntuales mostraban carencias de juicio. Es normal, son periodistas que saben hacer su trabajo con seriedad, pero siguen siendo humanos y pueden equivocarse.
Del otro lado estaba el FIFA World Player Award en el cual votaban jugadores y entrenadores de fútbol, justamente los protagonistas del deporte pero paradójicamente los menos calificados para evaluar la calidad individual de un futbolista. Los resultados a través de los años me decían que el premio francés tenía sentido pues iba siempre a las manos de quien realmente lo merecía, por haber tenido el mejor rendimiento durante el año y haber influido positivamente en la consecución de títulos para su equipo. El premio de Zurich en cambio parecía premiar al que más veces aparecía en las portadas de las revistas, en los noticieros, al que más mencionaban los fanáticos en los bares o simplemente al que más camisetas vendía.
A mitad del año pasado yo tenía un claro favorito, un jugador que en mi opinión reunía todos los requisitos para llevarse el premio y pasar a la historia como uno de los grandes. Es un mediocampista holandés que juega en el FC Internazionale Milano y su nombre es Wesley Sneijder. El 16 de diciembre pasado anunciaron los 3 finalistas que aparecerían en el podio de dicho premio y su nombre no aparecía entre ellos, fue ahí cuando supe que la FIFA acabó con el premio más elegante y admirado del fútbol mundial a nivel individual, una tradición de más de 4 décadas mandada al diablo en un abrir y cerrar de ojos.
Siendo sinceros no tengo problemas con que Xavi o Iniesta formen parte del podio, ambos hacen suficientes méritos para estar ahí presentes, pero Messi, detentor del trofeo (quien en mi opinión nunca debió ganarlo el año pasado pues lo merecía mucho más Xavi) aparece como uno de los favoritos de la afición, como siempre. Parece que la simpatía que genera un chico de baja estatura y sonrisa inocente logra esconder todos los defectos que aún posee en el campo de juego.
Recuerden bien que este trofeo no debe premiar al que más talento tiene o al que más túneles hace o al que más goles hace, porque en ese caso Messi tendría ya 20 en su haber. Este premio es para el “mejor jugador del mundo”. Revisando uno a uno el perfil de cada candidato encontraremos que Xavi e Iniesta tienen practicamente las mismas cartas para merecer el premio. Ambos aportaron considerablemente la misma dosis de talento, calidad y rendimiento para la buena temporada del FC Barcelona, ganaron la Liga y la Copa del Rey juntos. Del mismo modo tienen méritos semejantes por haber llevado a la Roja a su primer mundial, uno haciendo los pases y el otro anotando el gol de la final. Para mí, esos dos son casi iguales, ambos merecen estar en el podio.
Mi problema es Messi. Necesito que alguien me explique cómo diablos hizo Lio para tener más méritos de estar en el podio que Sneijder. El argentino aportó exactamente lo mismo que aportaron los dos españoles para la buena temporada del Barça en la Liga española, incluso menos si me lo preguntan, ya saben mis lectores mi opinión acerca de la influencia de la pulga en el equipo. Sneijder hizo lo propio con su equipo pues fue el artífice del Scudetto y la Coppa que el Inter levantó en Italia. Llegamos entonces a la Champions League para el desempate y yo pregunto: ¿Qué equipo derrotó al Barça de Messi? Pues el mismísimo Inter de Sneijder, el equipo que llegó a la final y levantó la Orejona. El holandés puso los pases y anotó diversos goles claves para su equipo, cosa que el argentino no hizo.
Vamos a agregar aún más leña al fuego, por si no fuera poca la que llevamos en esta quema. ¿Cuál fue el aporte de Messi para la selección argentina durante el mundial? ¿Hasta dónde llegó la selección tulipán gracias en parte a los pases y goles de Sneijder? Yo sé que Maradona no ayudó nada a la pulga y estoy seguro que con un entrenador serio podrá demostrar en la albiceleste el mismo talento que exprime en el club blaugrana, pero eso lamentablemente no sirve de excusa. Sneijder llegó a la final y su juego ayudó mucho más a la selección de lo que las carreras de Messi ayudaron a la Argentina.
Vamos que no es difícil. Basta ver las cosas con un poco de lógica y ser sinceros, Sneijder ha sido injustamente dejado por fuera del podio, pero lo peor no ha sido eso porque darle el premio a uno de los dos españoles no es nada descabellado, yo no protestaría. El verdadero problema es que la inclusión de Messi me hace pensar en el criterio (o falta del mismo) que usa el nuevo jurado del premio para determinar al ganador. Ya no importa si gana Xavi o Iniesta, ambos se lo merecen de todos modos. La injusticia, el error, la falta ya fue cometida y eso no se perdona.
Como consecuencia de esta injusticia, el podio lo conforman 3 jugadores del mismo club, algo que no sucedía desde hace dos décadas cuando el Milan de Arrigo Sacchi pusiera a sus tres joyas en el podio durante dos años consecutivos (Ballon d’Or 1988: 1º Marco van Basten, 2º Ruud Gullit, 3º Frank Rijkaard; Ballon d’Or 1989: 1º Marco van Basten, 2º Franco Baresi, 3º Frank Rijkaard). El club de Pep Guardiola no necesita ayudas ni errores como este para ganar méritos ni razones de alabanzas, pero lamentablemente ahora serán recordados por una hazaña que nunca debió ser reconocida.
Para cuando algunos de mis lectores lean esto ya se habrá anunciado el ganador del premio, y luego de revisar la encuesta de votación en el website oficial de France Football me asombra ver que el favorito de los internautas sigue siendo Messi, así que le envío mis felicitaciones al eventual vencedor esperando tan solo que no se haya cometido una nueva injusticia premiando a un talentoso argentino cuando el mejor jugador del mundo en la actualidad nació en Terrassa, Catalunya.
No se pierdan la próxima entrega, mucho antes de lo que piensan, y que ruede la pelota.