Aun tengo fresca en la mente la cantidad de goles, emociones, sonrisas y desilusiones que vi solamente el sábado en la TV. Infinidad de partidos había para elegir pero solo pude ver un par de ellos completos mientras que otros cuantos los tuve que ver solo a pedazos. Para ser exacto, hablo de Argentina vs Brasil y de Georgia vs Italia.
Del primero se ha escrito mucho y ha aparecido en todas las portadas, lo cual tiene sentido visto que involucra a una de las selecciones más populares del planeta, el jugador más popular del mundo y actual principal candidato a llevarse el Ballon d’Or, y además al ex-jugador más grande de todos los tiempos como su entrenador.
Como había pronosticado ganó Brasil, pero no era muy difícil adivinarlo así que no hay mérito para mí. Sencillamente uno de los dos seleccionados era un equipo hecho y derecho, buscando solamente mejorar y perfeccionar el funcionamiento, mientras el otro es una lista de jugadores con muchas ganas pero sin orden, buscando aún el libreto de la obra cuando el telón se subió hace rato largo y el público ha empezado a silbar. Pronto lanzarán los tomates y las lechugas…
Pobre Diego. Realmente le dieron un trabajo imposible. Me alegré al inicio de su elección pero solamente porque pensé que haría el papel de motivador mientras que Bilardo se encargaría de la parte táctica en un dúo bien completo, pero ese proyecto se cayó con el tiempo y Diego ha tomado las riendas de todo él solito y no hay que ser brujo para saber que una selección en manos del Diego tiene un futuro oscuro y tenebroso, por no decir caótico. Le entregaron a un niño un juguete roto que no puede ni sabe cómo reparar.
(abajo: el puesto del Diego como seleccionador de la albiceleste está peligrando actualmente bailando en un hilo y la AFA tendrá que pensar bien antes de tomar una decisión. ¿Fue peor el remedio o la enfermedad?)
Maradona no renunciará a su cargo y no creo que cambie su modo de pensar tampoco, no lo veo pidiéndole ayuda a nadie hasta que lo maten con las botas puestas. Sería genial que pidiera la compañía de Bilardo o cualquier otro entrenador de confianza, para consultar sus ideas y tener un plan más elaborado ante cada partido. También sería bueno que alguien lo asistiera observando jugadores ya que tiene argentinos regados por todo el mundo y algunos merecen mayor atención.
Me gustaría incluso que le ayudaran a diseñar un esquema táctico donde Messi pueda jugar como en el Barcelona, sin tantas responsabilidades, porque a pesar de su talento sigue siendo un niño de 22 años y ni Maradona mismo hace 30 años cuando jugaba pudo guiar al éxito a su selección con esa edad. Todo muchacho a esa edad debe aprender y apoyarse en los más expertos para mejorar, no convertirse en el único líder y esperanza del grupo. La naturaleza no funciona así.
La albiceleste de todos modos clasificará al mundial pero una vez allá no habrá milagro que los lleve a la final, lo siento pero es la verdad. El único consuelo para el pueblo argentino es que luego de esta tormenta podrán empezar (deberían, eso espero) a ver la calma y entender cómo hacer para no cometer los errores que tantas lágrimas les han hecho derramar en el pasado. Dejad al Diego en paz con su precaria salud y pedidle de rodillas a Carlitos Bianchi que se encargue la albiceleste. ¡Eso va contigo Grondona!
El otro partido que voy a comentar, como dije previamente, es el de Italia. Tenía tiempo sin ver a la Azzurra jugar tan mal, pero tan mal, con sabor a nada, sin gusto para el espectador no-analítico, sin anotar goles y valiéndose de errores (horrores) defensivos del contrario, lo que se traduce en dos auto golazos de Kaladze… ¡pero ganaron! Aquí en Italia llueven las críticas y la prensa pide a gritos algo mejor, un show al menos digno de transmitirlo por TV. Todo es escándalo y tragedia, se nota que regresé al “Belpaese”.
(arriba: Kaká brilló como el verdadero 10 de Brasil e hizo lo que le dio la gana con Argentina. Messi, por el otro lado, quedó aplastado bajo una camiseta 10 que le queda demasiado grande, pero siguen insistiendo en él. ¿Se darán cuenta algún día?)
Entiendo que con la cantidad de jugadores a disposición y la enorme calidad que poseen se puede hacer algo mejor, pero parece que la gente tiene memoria corta, o simplemente no tiene memoria. Hace un par de meses se llevaron una humillación tan grande como la de Argentina ante el mismo rival, incluso contra casi los mismos once titulares, y se pidieron cambios. Pues los cambios ya empezaron.
La gente pidió jugadores jóvenes y casi un equipo nuevo, pero ya sabemos que la gente poco o nada sabe de fútbol. La prensa deportiva sin embargo, esa que vive de analizar a fondo los detalles del más hermoso de los deportes, pidió cambios racionales y la no-repetición de errores pasados. Pues los errores que Italia cometió en la Confederations Cup se están reparando poco a poco, principalmente porque Lippi cambió completamente el esquema de juego y regresó a lo básico, al 4-4-2.
(arriba: Kahkaber Kaladze. Defensor central nacido el 27 de febrero de 1978 en Samtredia, Georgia. Luego de una larga pausa por lesión regresó a los campos de juego y se estará preguntando, qué fue peor, si la lesión o la pesadilla que vivió en Tbilisi)
Este planteamiento es el más básico del fútbol moderno y el que permite la mejor cobertura defensiva del campo, sacrificando algo de creatividad en ataque, pero ese es el estilo tradicional italiano, ¿no? Esto lo estuve hablando con mi papá la semana pasada mientras disfrutábamos de "Gol TV", un canal exclusivamente diseñado para transmitir fútbol y ofrece la Champions, la Liga, la Premier, varios torneos europeos y hasta partidos de selecciones, pero que en España no transmite la Serie A.
Mi papá me preguntó bastante molesto, ¿por qué es tan difícil conseguir siempre los partidos de la Serie A en España? Luego de una reflexión le di una respuesta que aclaró su duda pero lo dejó algo desilusionado. Todo tiene su raíz en la propia cultura italiana, que deben recordar, es muy particular e imposible de comparar. Es una cultura tan fuerte que resulta casi impermeable a cualquier cambio del mundo exterior, y el fútbol forma parte de esa cultura.
Una nación que ha obtenido éxito con un estilo y que ha mantenido ese estilo por años y siglos no va a cambiarlo por nada del mundo. El fútbol en Italia no se ve como espectáculo sino como una competición donde lo importante es el resultado, ganar. Los entrenadores cuando educan a los jóvenes no les dicen que busquen el túnel, la finta o el sombrero, les dicen que busquen el pase seguro y no pierdan la marca; no buscan al talentoso sino buscan al alto y fuerte.
La naturaleza italiana es pensar en el resultado y no el espectáculo. Sin embargo, me causa risa que cada vez que escucho comentaristas, periodistas o incluso ex-jugadores reconvertidos en semi-periodistas (son los peores, algunos rebuznan cada vez que abren la boca) llenan de halagos al fútbol extranjero que tiene supuestamente más talento y mejor espectáculo. Para el italiano común, cualquier equipo del exterior juega más bonito y mejor, y ese es el ejemplo que ellos desearían seguir.
Sin embargo, ni ellos mismos se lo creen porque apenas ven un combinado italiano jugar bonito pero descuidado en ataque como los extranjeros, sea la Azzurra o un club, empiezan nuevamente con las críticas pidiendo seriedad y resultado. ¿Quién los entiende? Nunca están satisfechos, parece que quieren petróleo en un vaso y con hielo.
Debo decir que esto no es un descubrimiento mío, por favor, esto lo saben las empresas televisivas hace años. De hecho, ¿por qué creen que toda Sur América puede ver el fútbol italiano pero España, que queda al lado, no? Al público español le gusta el show, los goles y el juego bonito, y desprecian completamente el juego italiano. Una empresa que vende el fútbol italiano en España es como McDonald’s vendiendo hamburguesas en la India, un fracaso a menos que las rellenes de pescado, y así dejan de ser hamburguesas por definición.
Yo, en mi condición de ítalo-venezolano, puedo ver las dos caras de la moneda. Puedo disfrutar del talento y el juego bonito, pero prefiero el juego elemental y práctico, soy resultadista. Estoy consciente que no se puede obtener el resultado y el buen juego en un mismo plato, y cuando sucede es un evento único y muy difícil de repetir (Brasil ’70, Milan ’89-’90, España 2008, Barça 2009), por eso me inclino hacia la practicidad.
Señores, a Lippi yo le critico la lentitud de haberse tardado tanto en hacer la transición al viejo 4-4-1-1 que le dio nada más y nada menos que la Copa del Mundo FIFA 2006; le critico la terquedad y estupidez de no convocar a Cassano, porque renuncia el mejor talento nacional y justo el jugador que encaja perfectamente en su esquema de juego, y todos sabemos que lo hace solo por capricho y orgullo ya que se niega a dar explicaciones lo que delata falta de argumentos, pero jamás le voy a criticar a la Azzurra que juegue como lo dice su naturaleza, a la italiana.
Al César lo que es del César. Muy claro lo dijo Willie Colón en una de sus canciones: “… no se puede corregir a la naturaleza, palo que nace dobla'o jamás su tronco endereza…”
1 comment:
artu porfa mandame el codigo de la liga del fantasy que cree mi equipo y perdi los numeros
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