Jan 25, 2010

MOURINHUS INVICTUS

Escribir estas palabras es doloroso como no tienen idea. Duele el ego, duele el orgullo, siendo un ferviente fanático Rossonero tener que admitir que el Inter es tantas veces superior al Milan y ya lo tiene de hijo a mi equipo adorado. Mamma mia, ¡qué partido!

El pronóstico que había hecho el viernes en Minuto 101 se quedó rayando en lo ridículo, demasiado utópico. Me dejé llevar por el entusiasmo de las victorias recientes, de los goles de Borriello, la samba de Ronaldinho, las corridas de Abate y las intervenciones de Nesta. Olvidé entre tanta locura todas las cosas que habían sucedido durante el verano, las que me dejaron tan deprimido que logré por primera vez en 5 años apostar en contra de mi propio equipo.

Olvidé que el Milan es un equipo incompleto, que ha logrado mejorar mucho más de lo que había soñado al inicio de temporada y por eso debería estar simplemente agradecido, conforme, mas no ilusionado y ambicioso queriendo más. Los límites del equipo se vieron toditos anoche, hasta aquí llegó el Milan Do Janeiro.

Para ir más lejos hacen falta algunos ajustes. Empezando por los jugadores, que son los protagonistas del asunto, hay que sustituir algunos (Dida, Jankulovski, Kaladze, Favalli, Oddo) no por ser viejos como le gusta decir a la gente ignorante sino por ser simplemente incompetentes a este nivel, el máximo nivel de dificultad del fútbol mundial; no existe un torneo más difícil a nivel de clubes en el planeta.

La Serie A italiana no es elegante como la Premier donde el público es capaz de estar a 50cm de los jugadores sin lanzarse encima de ellos como animales. No es estética como La Liga donde hasta los defensores son capaces de hacer un túnel y un sombrero delante del propio portero. No atrae al ojo común porque no cuenta con las cualidades que el público busca en un espectáculo; y ahí está la explicación, no está pensada como un espectáculo sino como una competencia.

Los equipos no buscan divertir al público, tampoco la federación ni la prensa deportiva. Todos tienen en la mente una sola cosa: la victoria. Lo particularmente irónico es que, la prensa, los fanáticos, los presidentes, entrenadores, jugadores, hasta los médicos y abogados de los clubes, todos hablan siempre del espectáculo y la diversión que muestran los demás torneos extranjeros, hasta que uno de sus equipos empieza a perseguir el camino que lleva a dichos objetivos. Es entonces cuando ese pobre equipo empieza a ser criticado por ser inocente, ingenuo, ligero y demasiado arriesgado para los estándares del torneo. ¿Quién entiende a los italianos?

Finalmente les llega un tipo que es capaz de juntar todas las características que son consideradas requisitos indispensables para subsistir en el torneo más difícil del mundo, las imprime en su equipo y lo hace ganar, y además se lo restriega al resto del país para hacerles ver que estaban equivocados cuando lo criticaron y “esnobaron” a su arribo. Es que este tipo es un ganador nato, uno tan pragmático como los mismos italianos dicen ser y más elocuente de lo que están dispuestos a soportar. Este tipo les viene aplicando una dosis masiva de su propia medicina desde que llegó y no termina de convencerlos, no se dan cuenta.

(abajo: Goran Pandev y Diego Milito. No llevan juntos ni un mes en el Inter y ya se entienden de memoria. Ambos anotaron un gol y dejaron su huella en un Derby espectacular)

Pero lo más divertido de vivir aquí en Italia y disfrutar cada semana del torneo más difícil del mundo es escuchar las contradicciones diarias de ciertos pseudo-periodistas deportivos en la TV. Hoy dicen que el Inter es el mejor de Italia, imbatible. Mañana dicen que está en crisis porque se dejó meter 3 goles por el último de la tabla en casa. Luego dicen que el equipo no gana en Europa porque no genera juego, pero también dicen que arriesga demasiado cuando usa 4 delanteros para buscar el gol (!) cuando van perdiendo. Dicen que el Milan juega bonito y es mejor que el Inter, pero luego del Derby vuelven con la historia de la inocencia Rossonera y la fortaleza Nerazzurra…

El show no acaba nunca. Y las cosas mejoran aún cuando este personaje en cuestión abre la boca. Pocas veces sus declaraciones son inocuas pues busca siempre la manera de atraer la atención, de la mejor y única forma que conoce: exagerando. Es un gran actor, estratega y comunicador. Manipula las masas como pocos en el planeta fútbol (en Italia solo un par de políticos lo hacen mejor que él) y hace sonrojar a los puristas (de estos está lleno este país, parece que fueron inventados aquí) cuando dice lo que piensa en directo frente a la cámara, o mejor, cuando dice lo que quiere que piensen de él.

Como buen entrenador de fútbol, le hace creer a sus jugadores que son los mejores del mundo desde el inicio. De los viejos aprovecha sus conocimientos y habilidades mientras que a los jóvenes los presiona hasta que crezcan y maduren, o demuestren su fragilidad y desistan. Lleva el grupo de la mano con una fusta en la otra, listo para enderezar cualquier error en la carrera y llegar primero a la meta. Sus caballos de batalla se cansan, los exprime sin piedad, pero les saca siempre lo mejor; por eso sus caballos son siempre los más fieles pues vuelven a él a pesar de los azotes.

Sabe encontrar tácticamente la mejor manera de anular al adversario, tal como dice el libro de Sun Tzu, para facilitar el trabajo a la hora de atacar. Nunca revela sus intenciones reales al adversario y además lo engaña enviando mensajes confusos a través de los medios; como dije, gran comunicador y manipulador. Pero su mejor cualidad en el campo de batalla es la versatilidad, la misma que le pedí a Ancelotti y nunca me dio en 8 años gloriosos de Milan, la misma que le pido al testarudo de Lippi y no tendrá jamás, la misma que a veces muestra Guardiola cuando su tiki-taka recibe dos bofetadas y opta por variar el esquema.

(abajo: Leo trató de calmar a sus jugadores luego del primer gol sufrido, pero jamás logró quitarles el miedo que demostraron durante todo el partido. La lección que recibió de Mourinho fue ejemplar)

Es capaz de cambiar estrategia dependiendo de la situación en que se encuentre su equipo, sea porque le faltan jugadores para un sistema o porque su adversario sufre mucho más ante otro esquema específico. Si a mitad de partido tiene que modificar formación lo hace, sin dudar, siempre en función de la victoria y aprovechando las herramientas a la mano.

Podría seguir enumerando las cualidades positivas de este tipo por largo rato, y es que no me canso de elogiarlo a pesar de ser mi enemigo declarado. Cada victoria suya aumenta la diatriba interna que tengo que soportar a diario, obligado por naturaleza a disfrutar la caída del odiado enemigo pero conteniendo las ganas de aplaudir el maravilloso trabajo que hace con su equipo, deseando tanto que llevase los colores de mi camiseta.

Desde que llegó a Italia solo conoce la victoria. Fue premiado con el “Oscar del Calcio” como mejor entrenador de la temporada pasada, su primera en la Serie A. Ha discutido en directo con reconocidos periodistas, entrenadores, dirigentes, árbitros… incluso con el propio presidente del club que le paga el sueldo. Ha sido suspendido varias veces por sus continuas declaraciones polémicas, siempre lanzando acusaciones a diestra y siniestra sin importar a quién.

Ayer justamente, luego del partido, declaró en directo por TV internacional que no le dejarán ganar el Scudetto fácilmente con anticipación. Prácticamente anoche gritó a los cuatro vientos que Italia no desea que el Inter gane el Scudetto y le están jugando sucio con trampas por todos lados. ¿Saben qué? No lo culpo. Yo soy el primero que firmaría ya mismo para que el Inter sufriera alguna desgracia y perdiera el Scudetto. ¿A quién queremos engañar? Todos lo saben, y el pasado enseña que los complots y las conspiraciones ilícitas no son cosa de fantasía en la Serie A. Y después dicen que la Serie A es aburrida…

Pero esa es parte de la belleza del torneo más difícil del mundo. En España hablan a veces de Villarato pero no profundizan el argumento, se hacen los locos o no les importa. En Italia es tan irónico el asunto que resulta divertido porque luego del escándalo de los ’80 y el de 2006 aun son capaces de alarmarse cuando alguien habla de complot o conspiración. Seguro que llegará alguna penalización o suspensión de un par de partidos al sujeto en cuestión por parte de la federación, así como ya están investigando a Materazzi por tener sentido del humor y burlarse del presidente del equipo rival. Y es que esto funciona como un imperio, puedes ver el atraco frente a ti pero no puedes hablar de él.

(arriba: la foto que dió la vuelta al mundo. Marco Materazzi con una máscara carnavalesca de Silvio Berlusconi, junto a Sulley Muntari. Burlarse del presidente del rival más odiado luego de una victoria en un Derby, no tiene precio)

Será que son demasiado inocentes, o demasiado caraduras, o simplemente saben cómo funcionan las cosas pero no superan los tabúes antiguos… o simplemente son demasiado italianos. Lo de anoche fue tan sublime como irónico. El mismo equipo que se aprovechó más que ningún otro de la debacle de la Juventus en el 2006, el que construyó un nuevo imperio de las cenizas del Bianconero, el que compró todas las cartas del juego y desde hace 4 años juega solo en la mesa, se declara víctima en su propio juego luego de ganar el encuentro que probablemente selló el desenlace del torneo.

El partido de anoche acabó con toda la ilusión de mi equipo y de tantos otros que desean ver caer al Imperio Nerazzurro. Voy a reír y celebrar el día que eso suceda, soy Rossonero y no lo puedo esconder. Pero si algo debo admitir es que no quiero que eso suceda mientras el portugués de Setúbal sea el entrenador del Inter. Estoy dispuesto a sufrir otra derrota ante mis eternos rivales por ver plasmado en el campo todo lo que me gusta ver en un equipo de fútbol.

Definitivamente los domingos son más divertidos desde que Moratti decidió traerse al entrenador más costoso del planeta a Italia. La Premier League lo extraña, la Liga lo teme, la Selección de Portugal lo añora, y por ahora Italia lo sufre. Yo, lo disfruto.

El 23 de febrero del 2002, en el Estádio do Dragão de la ciudad de Oporto, el Beira Mar venció por 2-3 al FC Porto en un partido de la SuperLiga de Portugal. Esa fue la última vez que José Mourinho perdió un partido de Liga en casa. En 8 años ha jugado 128 partidos, 38 con el Porto, 60 con el Chelsea y 30 con el Inter, pero nadie ha podido derrotar a Mou. Anoche logró una de sus mayores victorias contra los rivales de la ciudad, contra el árbitro, contra las conspiraciones y los escépticos. Anoche se agrandó aún más la figura de Mourinho, el Invicto.

Respuesta 101: el 11 de mayo de 2001 se registró la victoria más abultada en la historia del Derby della Madonnina cuando el Inter perdió en casa 0-6 ante el Milan. En la foto: Andriy Shevchenko anotó dos goles esa noche y en total ha anotado 14 goles contra el Inter durante toda su carrera.

Trivia 101: El Derby della Madonnina se ha jugado un total de 272 veces contando el de anoche, con 106 victorias del Milan por 94 del Inter y 71 empates. Desde 1947 se juega en el Stadio Giuseppe Meazza donde comparten casa ambos equipos y se ha jugado en diversas competiciones incluyendo la semifinal de la UEFA Champions League. Sin embargo, en 100 años de historia el Derby se ha jugado algunas veces fuera de la ciudad de Milano, ¿cuáles fueron esas ocasiones?

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