Si algún día me golpeo la cabeza y pierdo temporalmente la memoria, bastará hacerme ver un video de los dos derbis de este fin de semana para recordar exactamente por qué me gusta tanto este deporte, ¡¡¡qué espectáculo!!! Semejante intensidad en 90 minutos de juego no se ven todos los días. Hay varios detalles interesantes para resaltar así que vamos a comenzar por orden como siempre, con el súper clásico de España.
FC Barcelona 2 – 0 Real Madrid (estadio Nou Camp, Barcelona)
Se cumplieron los pronósticos y ganó el Barça. No hubo milagro pero hubo partido, emoción y sorpresas. El Pep tenía el equipo listo hasta el martes cuando, de golpe, le cambiaron los planes con la llegada sorpresiva de Juande. No sé si fue precaución o atrevimiento, pero alteró un poco el equipo para enfrentar al Madrid. Devolvió a Puyol al centro de la defensa y puso a Abidal en el lateral izquierdo, además de ofrecerle un puesto de titular a Gudjohnsen en el medio, justamente por el carril izquierdo en lugar de Busquets. Entiendo lo de Puyol, porque es mejor en el centro y Abidal ofrece más ataque, pero todo el mundo sabe que Gudjohnsen ofrece su mejor rendimiento más adelantado. ¿Porqué sacrificar a Busquets que tan bien lo había hecho? El islandés perdió más de la mitad de los balones que tuvo entre los pies y fue un desastre, un evidente error que el Pep pudo remediar cuando lo sustituyó con el propio Busquets.
Lo que verdaderamente me sorprendió fue la actitud del Madrid. Juande Ramos no podía remediar la falta de calidad de los jugadores a su disposición, pero sí podía mejorar su estado anímico y lo hizo muy bien. Lo primero que hizo fue recordarles que aún son los campeones y convencerlos que la victoria era posible (una buena mentira pero sirve). De ese modo propuso un par de cambios tácticos que mejoraron bastante la defensa merengue (Casillas volvió a ser “San Iker”, Cannavaro volvió a ser un Balón de oro). Entraron al campo con un simple 4-4-2, bien cerrado atrás y listo a partir en contragolpe por las bandas, al mejor estilo del “catenaccio capelliano”. Aguantaron 83 minutos de ese modo e incluso tuvieron un par de chances de oro para anotar. Con dos o tres jugadores de mejor calidad, podrían haber ganado.
El equipo blaugrana jugó bien pero me parece que debieron bajar mas el ritmo del juego para apagar la flama blanca, empezar a girar el balón como ellos saben hacerlo hasta marear al Madrid y darle el KO. Por cierto, Messi fue presa fácil de la marca pegajosa y sufrió bastante. Siempre digo que en lugar de quejarse tanto por las faltas debería crecer y aprender a soltar más el balón. Querido Messi, tienes talento con el balón, pero “el talento sin inteligencia no sirve de nada”.
Quedan entonces ambos equipos considerablemente satisfechos con este resultado. El Barça por supuesto más líder que nunca, y el Madrid lejos de la punta pero con esperanzas de mejora a largo plazo. La afición blanca podrá pedir el “jogo bonito” siempre, pero el juego del sábado indica que por ahora la mejor solución es la que ha elegido Juande. Así que será “catenaccio merengue” de aquí en adelante hasta encontrar nuevas fuerzas.
Juventus 4 – 2 AC Milan (stadio Comunale, Torino)
El resultado se quedó corto porque pudo ser más espectacular. Ambos equipos perdieron un par de ocasiones grandes y jamás dejaron de buscar el arco contrario. Le pusieron bastante emoción a un juego que se esperaba parejo e intenso.
La Juve puso al equipo esperado, con Marchionni en lugar de Camoranesi por lesión. Perdieron temprano también a Nedved pero De Ceglie (partidazo del juvenil) lo sustituyó con éxito. Hicieron los movimientos tácticos esperados y ofrecieron el balón al rival, jugaron muy bien por las bandas y cada contragolpe fue mortal (6 ocasiones, 4 goles). Se esperaba un gran rendimiento y lo mostraron. Ahora tengo muchas esperanzas en el futuro para la Juve, especialmente en la Champions. No hubo sorpresas por ese lado. Pero no puedo decir lo mismo del Milan…
¡Qué decepción tan grande! Se supone que son jugadores del más alto nivel. En la camiseta llevan aún un parche que dice “Club Campeón del Mundo 2007” y debajo del escudo unas letras que dicen “el club más titulado del mundo” (eso es cierto, aunque comparten honores con el Boca Jrs). Mostraron orgullo, ganas y talento en ataque. No se rindieron luego del primer gol y consiguieron el empate de inmediato. Sin embargo les faltó exactamente lo que todos los equipos campeones deben tener: una sólida defensa y efectividad en ataque.
Por más buenos que sean los delanteros de la Juve, no existen excusas para los goles ridículos que recibieron anoche. Tenían el juego como querían, porque la Juve presionaba pero no tanto como para ahogar el juego rossonero. Lograron llegar a la puerta contraria, desbordar las bandas y asustar a la Juve. Pero fallaron las ocasiones ofensivas, cometieron errores defensivos elementales y lo pagaron como debe ser, con goles. Esto es la Serie A italiana. ¿Cómo se les ocurre defender un tiro de esquina en zona? Chiellini cabeceó tan solo que ni siquiera tuvo que saltar. Jankulovski y Kaladze parecían un par de payasos haciendo malabares. Zambrotta se hizo expulsar de forma infantil, como si fuera un debutante. Pirlo (evidentemente lento aún en las piernas y en la mente) perdió un balón que normalmente solventaría hasta con lujo y provocó una contra mortal. Ambrosini falló un cabezazo a un metro del arco. Y qué decir de Pato… no merece el 7 que lleva en la espalda. Ya que su ídolo es Ronaldo debería volver a ver sus videos para aprender a driblar un defensor, o dedicarse a otra profesión. Para terminar los errores del entrenador. Yo contaba con Pippo o Shevchenko desde el inicio, con dos puntas para solventar la dolorosa ausencia de Kakà por lesión. No le perdonaré a Carlo Ancelotti el enésimo partido perdido por su falta de co…raje. Con esa cantidad de errores no merecen siquiera competir al nivel de la Juve.
Para que vean entonces lo sorprendente que puede ser el fútbol. Vimos en España al equipo campeón jugar al catenaccio, mientras en Italia llovían goles y abundaban los errores defensivos. Por eso es que me gusta recordar siempre a un periodista deportivo chileno que muchos conocen como “el pandita”, y la célebre frase que decía antes del pitazo inicial en cada partido: “¡…comienzan noventa minutos… del deporte más hermoso del mundo!”
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