Dos tipos entran a un bar un lunes por la mañana para tomarse un café. Hablan un rato del trabajo, la economía, la familia y la rutina. De repente escuchan en la TV, que está siempre encendida con el noticiero, el nombre de “Guardiola” junto al nombre “Barcelona” y de inmediato voltean. Empiezan a ver las imágenes de un partido jugado el sábado, el gol de Eto’o y los dos de Messi, la celebración del equipo y la sonrisa del Pep. Una nueva victoria del Barcelona líder de la Liga. A ambos les cruza la misma idea por la mente cuando juntan las palabras “Guardiola y Barcelona” luego de una victoria. Ambos piensan en el “DreamTeam”.
No hay forma de negarlo. Es una asociación automática. No existe uno sin el otro. Ambos crecieron al mismo tiempo, tomados de la mano, y juntos llegaron a lo más alto del mundo hasta transformarse en leyenda. Antes de aquel DreamTeam el FC Barcelona era simplemente un buen club español (o catalán si quieren, pero ese es otro tema). Antes del DreamTeam Guardiola era simplemente un buen futbolista de La Liga. Pero ambos lograron extender su fama con la primera UEFA Champions League en la historia del club, junto con una Recopa y una Supercopa Europea, luego de 4 campeonatos de Liga seguidos, tres Supercopas de España y una Copa del Rey. El FC Barcelona pasó entonces a ser un gran club europeo, reconocido en todo el mundo por su clase y su éxito, al igual que su principal conductor, el Pep Guardiola, considerado desde entonces una estrella mundial.
Ese equipo fue, y sigue siendo hasta hoy, la más grande representación del éxito dentro del club catalán. No pasa un día sin que se escuche en la boca de alguien la nostalgia por aquel gran equipo, que jugaba un fútbol elegante, divertido, y sobre todo eficaz. Es lo mejor que ha visto la afición culè en el Nou Camp, y ante sus ojos cualquier otro equipo será por siempre comparado con el DreamTeam. Es lógico porque, una vez que pruebas la excelencia, la mediocridad te sabe mal.
Así vive la Ciudad Condal. Soñando cada día con volver a aquellos tiempos de gloria. Y así tiene que vivir el equipo nuevo del Pep, bajo la sombra del DreamTeam que él mismo ayudó a construir. Es el precio que viene con el cargo, y nadie parece mejor indicado a llevar ese peso que Guardiola. Suena un poco al cuento de Maradona y su Argentina, ¿no les parece?
Bueno, romanticismos aparte, vamos a comparar de verdad al viejo “DreamTeam” con el nuevo “Team” del Pep. Hasta ahora han mostrado un juego colectivo muy bonito, veloz y despiadado en ataque (requisito cumplido). Tienen varios nombres interesantes y famosos, de los que venden entradas (requisito cumplido). Son líderes de la Liga, tienen una ventaja de 6 puntos sobre el Madrid, están clasificados a la siguiente etapa de la Champions y todo el mundo los tiene como favoritos a ambos títulos (requisito cumplido). Por ahora, el equipo parece llenar las expectativas y todo es color de rosa. Pero aquí vengo yo a arruinar la fiesta…
No me importa que le hagan 3 goles al Sevilla. No me importa que humillen a varios equipos de media o baja tabla con goleadas de 5 o 6 goles. No me importa que todo el mundo esté enamorado de Messi. No me importa nada de eso porque en verdad, NO SIRVE DE NADA. Aún no llegamos a mitad de campeonato y ya los tienen cubiertos en pétalos de rosas. No me malinterpreten, aún pienso que son el equipo más acreditado a ganar La Liga y tienen ventaja sobre todos los demás, e incluso tienen equipo para llegar lejos en la Champions. Pero de ahí a compararlos con el Dreamteam y decir que son el mejor equipo de Europa, como aparece escrito en la prensa española (y no solo española)… eso es un chiste.
Parece que muchos ya olvidaron la historia reciente. Fueron bicampeones de España, levantaron la Champions por segunda vez en la historia del club y le dieron los méritos a Ronaldinho de ganar el Ballon d’Or. Pero les duró solamente dos años la ilusión y cometieron un auténtico Harakiri, inventando problemas internos donde reinaba la armonía. Felicitaciones a Laporta y su dirigencia, porque arruinó una perfecta oportunidad para acercarse a aquella gloria.
Esa experiencia debe servir para no cometer los mismos errores. Guardiola lo sabe muy bien pues es el primero en reconocer que es muy temprano para celebrar. Y sabe también que ahora debe cuidarse mucho porque posee un equipo con talento suficiente para ilusionar a la afición, pero se puede quemar si no hay cuidado. Quizás deba recordárselo a la prensa y a su presidente más seguido.
Bueno. Ya han vencido al Atlético y al Sevilla. Ahora se vienen el Valencia, el Real Madrid y el Villarreal. Son las primeras posiciones de la tabla actual y en ese orden deberán seguir demostrando paso a paso su poderío. Luego vendrá la segunda mitad del campeonato y los octavos de la Champions. Si al final de la temporada logran ganar algo decente, se podrá decir que el Pep hizo un gran equipo. Pero para llegar al DreamTeam falta mucho. No es el éxito sino la continuidad del mismo lo que hace la diferencia entre un gran equipo, y un equipo de leyenda.
Así seguirá viviendo la Ciudad Condal, al menos la parte blaugrana. Soñando con ver a dos tipos entrar a un bar, pedir un café, escuchar el resultado de una nueva victoria del Barcelona en la TV, y recordar al segundo equipo del Pep, el que superó al viejo DreamTeam.
No comments:
Post a Comment