Llegué con mi primo Tommaso y su amigo Matteo al estadio un par de horas antes del inicio. Vimos cómo se fueron llenando las gradas poco a poco con el pasar de los minutos, hasta que era yo la única mancha rossonera dentro de una marea violeta inmensa en la tribuna principal.
El cielo parece que entendió la importancia del momento y cesó la lluvia levemente, mientras ingresaban al campo unos tipos vestidos de pantalones cortos y camisetas blancas: el Milan salía a hacer el calentamiento pre-partido. Disfrutamos las últimas carreras de estiramiento de Paolo, siempre solitario y concentrado en sus propios pensamientos, mientras Seedorf y Kaká se divertían con el balón, al igual que el resto del equipo.
(abajo: el Milan calienta antes del juego, mientras Seedorf y Kaká se exhiben)
La Fiorentina entró luego al campo y el estadio explotó de aplausos y cantos mientras los jugadores respondían con aplausos de agradecimiento por el cariño del público. Los árbitros calentaban también, mientras los fotógrafos se alineaban para capturar la imagen de los hermanos Della Valle, propietarios de la Fiore, en el palco.
Cuando los equipos entraron al túnel para prepararse al juego ya el estadio estaba lleno. La marea viola era impresionante, la pizarra electrónica anunciando los nombres de los 22 protagonistas junto a los que estarían sentados en la banca, mientras todo el estadio gritaba al unísono el nombre de cada integrante viola. Más de 50 mil almas cantando todos juntos al ritmo de “Oh Fiorentina”, cuando entran puntuales al campo los dos equipos, liderados por sus respectivos capitanes: Sebastien Frey y Paolo Maldini.
Frey había pedido al presidente del club justamente tener el honor de ser capitán ese día y poder saludar por última vez al gran Paolo. En el momento del saludo, mientras Maldini intercambia banderines con Frey y se sortean el campo y el balón, todo el estadio empieza a aplaudir y se escuchan por todas partes los gritos “Grande Paolo”. Esto es un homenaje, de parte de ambos equipos, seguidores y rivales, sin importar el color (una lección para los idiotas descerebrados ultras de la Curva Sud en San Siro), porque “il capitano” representa lo mejor del deporte rey: fidelidad, excelencia, respeto y nobleza.
(arriba: el Franchi, completamente lleno, recibe a los equipos y aplaude a Paolo)
El partido en sí fue sencillo. La Fiorentina presionó al Milan durante los primeros 20 minutos pero nunca encontró la portería a causa de su mala puntería. El Milan jugaba con calma y sin mucho empeño, aunque se vieron algunas pocas jugadas interesantes. Ancelotti movió los ánimos como de costumbre en el intervalo y el segundo tiempo fue más interesante. Sin modificar módulo, simplemente con dar un par de consejos y algún reproche, consiguió que su equipo aprovechara mejor los espacios que dejaba la Fiore por las bandas.
El pobre Prandelli no tenía ningún recurso en la banca para cambiar el curso del juego, ya que Gilardino jugaba muy solo en el ataque de su 4-2-3-1. Lo único que pudo hacer luego de recibir el gol de Kaká, en el minuto 55, fue cambiar a Jovetic por Jorgensen y a Vargas por Gobbi, pero manteniendo el mismo esquema. El ingreso de Pato por Pippo fue un claro llamado a jugar de contragolpe, y el resultado fue la escapada de Kaká que le dio el pase perfecto a su compatriota para el 2-0 en el minuto 76.
El público entendió que no había mucho por hacer y siguió cantando, mostrando incluso un mensaje desde la Curva Fiesole agradeciendo por la buena temporada y el ingreso a Champions, mientras se escuchaba el canto “Grazie ragazzi”. A pesar de perder el juego 2-0 sin remedio, el público de Firenze sabe reconocer verdaderamente el esfuerzo y el buen trabajo de su equipo, y cantaban cada vez que recibieron goles en lugar de silbar. Después de lo que he visto, la Curva Fiesole del Franchi es, junto a la Curva Sud del Olimpico di Roma (fanáticos de la AS Roma) un ejemplo para el resto del mundo.
El reloj marcaba el minuto 89 y el juego estaba ya decidido, 2-0 para el visitante, cuando Paolo Maldini se dirigió de repente al banco y fue a abrazar a Carlo Ancelotti, dejando a su equipo con 10. El árbitro entendió que el descuento era algo innecesario, al igual que el resto de los jugadores, incluidos los de la Fiore, por lo que Rizzoli hizo lo lógico y pitó el fin de un juego, una temporada, y una carrera. Todo el estadio empezó a aplaudir sin cesar y de nuevo se escucharon los gritos de “Grande Paolo”, mientras Maldini saludaba con un abrazo a todos sus compañeros, saludaba al estadio completo que lo aclamaba y sonreía.
(arriba: La esposa de Paolo, Adriana, con la bufanda en honor al capitán durante su último juego en San Siro, el 24/05/09)
(abajo: el público de San Siro muestra tributo al Capitano con la bufanda, coreando su nombre e incluso pidiendo que lo clonen)
Se terminaba la temporada del Calcio italiano de Serie A, con el Inter campeón del Scudetto y Zlatan Ibrahimovic máximo goleador con 25 tantos. En el Stadio Giuseppe Meazza de San Siro, Milano, el público fue testigo del último juego profesional en la carrera de Luis Figo, portugués ganador del Ballon d’Or 2000, que recibía el saludo y el cariño de sus compañeros y aficionados. Lo mismo sucedía en el Stadio Olimpico di Torino, donde también colgaba los botines el checo Pavel Nedved, ganador del Ballon d’Or 2003.
Así, el fútbol dice adiós a dos magníficos jugadores, mientras yo vi los últimos balones que tocó un jugador para el cual me es difícil encontrar el adjetivo calificativo adecuado. Díganme ustedes, cómo se califica una carrera de 25 años en el mismo club, siempre en el máximo nivel del torneo más difícil del mundo; calidad, constancia y liderazgo en cada uno de sus partidos, siendo capitán durante los últimos 11 años; noble y leal frente a sus rivales, sin faltar el respeto a ninguno, ganando así su reconocimiento; ganador del Ballon de Bronze en 1994 y 2003 (significa el 3er puesto en la votación del Ballon d’Or) y poseedor de una cantidad infinita de récords, incluyendo el de mayor cantidad de presencias en la historia del club AC Milan, la Serie A italiana y la selección nacional Azzurra...
(abajo: el debut de Paolo contra el Udinese, hace 25 años)
Una carrera que comenzó el 20 de enero de 1985 en el Stadio Friuli, jugando contra el Udinese con solo 16 años, y lo vio retirarse ayer 31 de mayo del 2009, jugando en el Artemio Franchi contra la Fiorentina con casi 41 años. El número 3 de su camiseta queda oficialmente retirado del club y ahora pertenece eternamente a su apellido Maldini, por lo que podrá ser usado solamente por uno de sus hijos, Cristian o Daniel. Les voy a dejar un resumen en números de la carrera de Paolo, incluyendo todos sus logros y meritos, así como los récords que posee hasta hoy.
TÍTULOS:
- Scudetto (7): 1988, 1992, 1993, 1994, 1996, 1999, 2004
- Supercoppa italiana (5): 1988, 1992, 1993, 1994, 2004
- Coppa Italia (1): 2003
- UEFA Champions League (5): 1989, 1990, 1994, 2003, 2007
- UEFA Super Cup (5): 1989, 1990, 1994, 2004, 2007
- Intercontinental Cup (2): 1989, 1990
- World Club Cup (1): 2007
RÉCORDS INDIVIDUALES (aún vigentes):
- Mayor número de partidos en Serie A: 647
- Mayor número de partidos con la camiseta del Milan: 902
- Mayor número de Derbis jugados Milan-Inter: 56
- Mayor número de partidos oficiales UEFA con un club: 174
- Gol más veloz en una final de UEFA Champions League: “52 (25/05/2005)
- Mayor número de finales UEFA Champions League: 5 (junto a Francisco Gento)
- Mayor número de partidos con la Azzurra: 126
- Mayor número de minutos jugados en la Copa del Mundo FIFA: 2.216
Ahora, luego del homenaje a Paolo, podré continuar (aunque con nostalgia) con la actualidad futbolística del mundo. La semana que viene no habrá partidos para comentar, pero empieza el mercado de verano en el fútbol. Hoy recibí un comentario de un viejo amigo, Alejandro Salas, quien me pidió que escribiera algo sobre Kaká, Leonardo, Pellegrini y el Madrid.
(abajo: un tributo al último juego de Paolo, hecho por algún fan en YouTube)
Ahora que no hay partidos para ver, los fanáticos se desesperan y buscan leer cualquier cosa que hable de sus jugadores o equipos favoritos. Pues esta es la época donde los que escribimos sobre fútbol nos cargamos de la mayor responsabilidad, y ahora es que hay tela para cortar. Hay tantas historias como las de Florentino y su Madrid, Ancelotti con el Chelsea, Guardiola con su Barça, Leonardo con el Milan, la Juve con Ferrara o Conte, Cristiano y su Manchester... esto apenas acaba de empezar. El show debe continuar, ¡No se lo pierdan!
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