De todos modos, mientras pude navegar encontré un título interesante de la prensa deportiva española. En sus declaraciones cuando lo entrevistaron, Lionel Messi dijo que Maradona le ha pedido que juegue en Argentina como lo hace en el Barça. Serán ideas mías, pero no veo cómo pueda suceder eso.
La semana pasada Messi fue a jugar con su selección un partido amistoso importantísimo, no por el rival de turno, sino porque era la última oportunidad de reunir al combinado albiceleste antes del vital encuentro en Rosario ante Brasil por la clasificación mundialista. Argentina se juega la vida y cada minuto de preparación cuenta.
Diego sabe exactamente lo que se puede perder o ganar aquí, visto que él mismo lo vivió en propia piel y conoce muy bien ambos lados de la moneda. Nadie como él para tratar de hacerle entender a los muchachos que tienen que dejar la piel en el campo, pelear hasta el final y no rendirse jamás, exactamente lo que hicieron hace una semana en Moscú.
Jugaron un primer tiempo desordenado y se fueron al descanso con un 1-1 que sabía a derrota parcial. Sin embargo, al salir de los vestuarios parecían otro equipo y lograron voltear el resultado de manera increíble, corriendo más que sus inteligentes y ordenados rivales rusos tal como se los pidió (¿ordenó?) Maradona. Terminaron ganando 3-2 de visitante.
(abajo: Alfio “el coco” Basile junto a Messi cuando aún era seleccionador argentino. A pesar de su experiencia y talento, el coco no logró repetir los éxitos de inicios de los ’90 cuando ganó la Copa América con la albiceleste)
Genial. La reacción que mostraron fue simplemente genial porque respondió perfectamente a las instrucciones del entrenador, y en este caso los resultados fueron los esperados. Si nos basamos en este ejemplo es fácil ver que no me equivoqué cuando le di confianza al Diego por sus cualidades de motivador y líder de grupo. Con esto se puede decir que el equipo dio un paso adelante respecto a la apatía de los últimos años.
Pero no todo lo que brilla es oro; las cosas no son tan bellas como parecen. El equipo del Coco Basile tenía su orden, tenía su estrategia bien clara. No funcionaba porque ciertos componentes simplemente no daban la talla en los momentos claves, y porque la relación del entrenador con los muchachos no era idílica lo que dificultaba la concentración necesaria.
Aquí tenemos en cambio una Argentina donde todos quieren correr y jugar, pero que carece de una estructura sólida. Ha estado alternando la defensa entre 3 y 4 componentes aprovechando la versatilidad del “Pupi” Zanetti por derecha y de Jonás Gutiérrez por izquierda, ambos moviéndose por toda la banda en ataque y defensa cuando lo requiere la situación. Si ellos están en buen estado físico y concentrados, las cosas funcionan muy bien.
Sin embargo, y aquí es donde el Diego se equivoca realmente, el protagonismo que quiere darle a Messi es demasiado grande y jamás tendrá resultado. Es muy simple, Maradona quiere que Messi juegue como él lo hacía, en la posición del 10 metido entre líneas; quiere que tenga la pelota el mayor tiempo posible y sea el mismo Messi quien decida qué hacer con ella, sea llevarla o pasarla a un compañero.
Las razones técnicas que explican el fracaso de esta idea las he explicado previamente. Les recuerdo que Messi es una segunda punta de movimiento y velocidad. Tiene capacidad de acelerar y driblar al adversario en espacios cortos, pero la definición es su mejor cualidad. Jugar en la posición del 10 significa usar un ritmo de juego mucho más pausado, levantar la cabeza y proteger el balón, saber dónde están los compañeros y vivir más lejos del arco rival. Messi es más atacante que centrocampista, y eso lo dice todo. Messi no es ni jamás será Maradona.
(abajo: Brasil viene de ganar la Confederations Cup. La verdeamarelha es sin dudas el rival más difícil que podría encontrar Argentina ahorita. ¿Logrará Messi brillar más que Kaká en Rosario?)
Como sea, Messi aceptó con gusto la responsabilidad y el rol que le tiene asignado su seleccionador, como no podía ser de otro modo. Lo que se viene en el futuro próximo para Argentina es demasiado importante y cualquier argentino lo sabe. el sábado 5 de septiembre en el estadio Gigante de Arroyito, casa de Rosario Central, la albiceleste recibe nada más y nada menos que a Brasil. Por si fuera poco, 4 días después deberán viajar al estadio Defensores del Chaco en La Asunción para enfrentar a Paraguay.
Luego quedarían dos últimos partidos para Noviembre, uno fácil en casa ante Perú y luego el cierre de las eliminatorias en Montevideo contra los rivales rioplatenses de Uruguay. Si consideran la tabla de posiciones (Brasil 27 pts, Chile 26, Paraguay 24, Argentina 22, Ecuador 20, Uruguay 18, Colombia 17, Venezuela 17, Bolivia 12 y Perú 7) pueden ver que Argentina está en serios problemas.
Pocos en el mundo sienten tanto la camiseta de la selección nacional como los argentinos y Messi no es la excepción. La Pulga de hecho le pidió al FC Barcelona que le dieran permiso de no jugar la primera fecha de La Liga para poder concentrarse mejor con su selección. Por eso, Messi jugará la supercopa europea ante el Shaktar Donetsk el 28 de agosto en el Stade Louis II del principado de Mónaco, y de inmediato se irá a Argentina para unirse a su selección. No hay nada en el mundo más importante que la selección para un futbolista argentino.
(abajo: Darijo Srna, capitán croata del Shahktar Donetsk, alza la Copa UEFA 2009 en el Sukru Saracoglu Stadium de Istambul. A su derecha está el entrenador rumano Mircea Lucescu. Serán los rivales del Barça de Pep)
Yo mañana me voy a ver la presentación oficial del Barça en el Trofeu Joan Gamper, desde el Nou Camp de la Ciudad Condal. Seguramente Guardiola le otorgará unos minutos a Messi para que participe en la exhibición ante el Manchester City, esperando que sea solo un amistoso y nadie salga lesionado porque lo importante es jugar la vuelta de la Súper Copa española contra el Bilbao. Ya vimos que el Barça no ha perdido el toque. Al Madrid le harán falta mucho más que galácticos para derrotar al Pep-Team.
PD: aquí les dejo una muestra perfecta de lo que significa la pasión por los colores de la albiceleste. Esta es una publicidad de la empresa “Quilmes”, patrocinante oficial de la selección nacional argentina, preparada en el verano 2006 previo al mundial de Alemania. Por favor, que alguien me diga si no le dan ganas de ser argentino luego de ver esto…
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