Bienvenidos a Suráfrica...
Ya tenemos el primer clasificado a los octavos de final. Argentina vence fácilmente a Korea del Sur y avanza a la próxima ronda con dos victorias luego de un 4-1 que refleja todo el poder ofensivo del equipo de Maradona.
Por supuesto, las cosas no fueron sencillas y el resultado no muestra todo lo ocurrido en el campo pero sí demuestra la superioridad del cuadro albiceleste. Diego los puso con el mismo 4-3-3 del debut ante Nigeria con el único cambio de Maxi por Verón en la derecha. El del Liverpool sería el encargado de ayudar a Jonás en la banda y asistir a Mascherano al mismo tiempo en la contensión.
El trabajo no se le hizo muy difícil a Maxi aunque no sea su posición natural, pero ante un rival más duro se hubiese notado y esto deja en evidencia la falta de Cambiasso en la convocatoria pues el del Inter hubiese sido el perfecto compañero del Jefecito. Por izquierda estaba el otro "problema" pues Di María se suma bien al ataque y ofrece desborde por la banda pero su rango de acción está limitado por la presencia de las 3 puntas.
A ratos el equipo se comportaba como un 4-1-4-1 donde Mascherano quedaba solo delante de la defensa mientras Di María y Maxi se abrían por las bandas, dejando a Tévez y Messi como pediapuntas centrales detrás del Pipa Higuaín. Carlitos jugó como siempre muy bien y mostró que es imprescindible en cualquier formación, buscando siempre a sus compañeros y luchando cada balón. Mayores problemas tuvo Messi que constantemente exageraba con el balón en los pies y termibana por el piso frente a la marca rival.
Korea realmente ofreció muy poco en ataque. Se cubrió bastante y defendió en bloque pero mostró tres debilidades de gran tamaño: una a nivel colectivo pues nunca atacó en el primer tiempo con suficiente voluntad a pesar de tener bastante velocidad y técnica. La segunda fue a nivel individual pues sufrió los balones aéreos siempre y los defensores fueron superados por la calidad de los argentinos. La tercera fue psicológica pues jamás mostraron suficiente intensidad como para buscar un resultado que, gracias a los huecos en el mediocampo rival, pudieron haber encontrado.
Diego quiso poner a Messi en la posición del 10 detrás de las puntas y darle libertad pero ya ha quedado demostrado que la pulga juega mejor cuando tiene menos responsabilidad y juega recostado por derecha. El 4-3-3 inicial pasaba a ser un 4-4-2 en rombo cuando Messi iba por el centro, explotando al máximo la cualidades de Carlitos pero anulando el talento de Messi y Di María. Yo personalmente hubiese cambiado al futuro jugador del Real Madrid por Pastore, un enganche natural que dejaría a Tévez por izquierda, Messi por derecha y el Pipa delante, formando un 4-2-3-1 genial para explotar el potencial ofensivo argentino.
Al final no le fue tan mal a Diego pues Korea le ofreció todas las ventajas defensivas posibles y le dejó la alfombra roja hacia los octavos. Pero el camino a la final tiene obstáculos más difíciles adelante y hará falta algo de inteligencia táctica para superarlos. En el autobús de la Albiceleste está escrito "última parada, la gloria"... Diego necesitará mucho más que el rosario en las manos para obtenerla.
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