¡Bienvenidos a Suráfrica! Estamos en pleno mundial, finalmente después de una larga espera podemos disfrutar del evento máximo del deporte más hermoso del mundo, directo desde el continente africano.
Este mundial lo estoy viviendo de forma muy particular. Para empezar no soy un espectador más, como lo fui durante toda mi vida. Ahora veo los partidos y el torneo en sí con otros ojos, ojos críticos que buscan el error en cada jugada, el movimiento adelantado en cada jugador, el cambio táctico que el entrenador no hizo, tantos detalles que hacen de este deporte algo más complejo de lo que parece y por ende tan emocionante.
Sin embargo tengo dos ojos y ambos no son iguales, aunque se vean marrones de afuera hacia adentro, ven los colores diferente de adentro hacia afuera. El primero es crítico pero el segundo es pasional, fanático, visceral, y lo ve todo más con el corazón que con el cerebro. Vivo en una eterna guerra interna para decidir qué es real y qué es fantasía, porque veo con ambos ojos pero luego no sé a cuál de los dos creerle. Así me encuentro hoy, en la víspera del debut de la selección que he aprendido a seguir, querer y admirar desde que tenía 7 años. Esta noche juega Italia.
En este país nadie da un centavo por la Azzurra. Los políticos aprovechan la ocasión y critican al seleccionador buscando publicidad. Los fanáticos tienen memoria corta y olvidan que hace 4 años criticaron del mismo modo al equipo hasta que se logró el preciado trofeo, y todos alabaron al entrenador nacido en el pueblo de Viareggio, en la región Toscana. Luego están por supuesto los periodistas, esos seres tan particulares que viven para y por la crítica al deporte.
Yo me encuentro en algún lugar cercano creo, entre el escepticismo de los fanáticos y la crítica lógica de los periodistas, pero sigo teniendo esa pizca de optimismo que me lleva a no formar parte de ninguno de los dos grupos. ¿Tengo razones para ser optimista? Creo que sí, razones lógicas, razones estadísticas y algunas razones sentimentales o supersticiosas.
Hasta ahora he visto una Argentina contradictoria, con un Maradona que dice seguir el ejemplo de su propio equipo del ’86, ese que ganó con la zurda y la mano guiado por Bilardo, pero luego mete en la cancha un equipo que bien podría ser hijo de Menotti. Todos hablan de Messi y lo bien que jugó ante Nigeria, porque cada vez que llevó el balón en los pies creó peligro para la defensa contraria, aunque estaba jugando demasiado lejos del arco a veces. ¿Para qué jugar con el 4-3-3 si vas a meter a Messi lejos del arco? La pulga fue más peligrosa cuando adelantó su posición pero tampoco hay que exagerar luego diciendo que se montó el equipo al hombro. Nadie lo marcó de cerca y así es muy fácil brillar.
He visto a Inglaterra jugar ante un verdadero rival, porque los Estados Unidos no son para mí ningún “sparring partner” como en el pasado. Se vio clarito que el equipo de Bradley tiene poco peso ofensivo pero no es precisamente por falta de calidad sino por una inteligente adaptación del estratega al material que tiene a disposición. Sus jugadores no son talentosos para crear toques en corto pero son inteligentes para cerrar espacios y luego lanzar cuchillazos a la contra, así mataron a la tan alabada España hace un año y así casi sorprenden a los ingleses.
Los de Capello ofrecieron un discreto ataque y sufrieron bastante la densidad en la media cancha pero el entrenador mostró saber corregir velozmente la situación pasando a un 4-4-2 bien abierto para aprovechar la velocidad de los extremos y la lentitud de la defensa gringa. El primer partido puede engañar mucho y no hay que condenar tanto a los ingleses por ese empate. Inglaterra mejorará evetualmente. Del mismo modo, se tiene que mantener la calma con Alemania. No hay que volverse loco diciendo ya que ese 4-0 de ayer los pone como favoritos a todo, hay muchos detalles que mi ojo crítico pudo ver realmente.
Sí, los teutones juegan de maravilla en ataque, saben driblar, desmarcarse, corren mucho porque son jóvenes, tienen fantasía y no tienen temor a nada porque llevan encima una camiseta blanca con 3 estrellas en el pecho. Son una potencia, de eso no hay dudas, pero lo de ayer fue un entrenamiento. Serbia no les permitiría ni en sueños esa clase de desmarques. Aunque podrán ganar el grupo con seguridad, eventualmente se encontrarán con un rival de verdad y entonces se verá la falta de un Torsten Frings, porque Khedira no puede siempre subir a divertirse junto a Klose, ni Schweinsteiger puede sacrificarse siempre en el doble pivote falso que hay delante de la defensa; y por supuesto, Krasić es mucho más veloz de lo que pueden soñar ser García o Chipperfield.
(abajo: Marcello Lippi conversa con Gianluigi Buffon. ¿Podrán repetir defender la Copa juntos?)
Yo le tengo mucho respeto al equipo alemán por su historia y por su actual estado de forma físico-mental, pero viendo lo desbalanceado de su equipo y recordando lo sucedido en marzo durante aquel amistoso contra Argentina en München, tengo la sensación que no pasarán de octavos. Sí, así mismo lo escucharon, en mi opinión Alemania llegará a octavos pero no pasará de allí, porque se cruzarán contra uno entre Inglaterra o Estados Unidos precisamente. Lo había apostado antes y luego de ver el primer juego de los tres equipos la sensación que tengo se afirma.
Continuando con los grandes equipos, acabo de ver partes de la victoria de Holanda ante Dinamarca. De lo poco que vi pude también confirmar mis expectativas sobre ambos equipos, especialmente de los tulipanes. Holanda usa exactamente el mismo planteamiento de Alemania y un cruce entre ellos sería el partido más divertido y alocado de este mundial, a toda velocidad, sin pausas, ambos buscando el arco rival en ataques kamikazes sin mirar hacia atrás, algo que haría casi llorar de la emoción y la alegría a muchos puristas.
Y es que ambos equipos tienen los mismos defectos y las mismas virtudes. ¿Recuerdan la historia de los mundiales? ¿Recuerdan las características tradicionales tanto de Alemania como de Holanda? La Naranja Mecánica sigue siendo la misma, busca siempre el mismo juego veloz asociado en ataque, pero Alemania ha sufrido una especie de mutación como si les hubiesen inyectado un gen “Orange”. La historia dice que Holanda solía encantar al público mientras que Alemania aburría o hasta provocaba odio y disgusto tanto en sus rivales como en los espectadores, pero al final se llevaban la copa a casa. Con el estilo actual, ambas selecciones corren el riesgo de quedarse a mitad de camino.
Todo esto me lleva finalmente al partido de Italia, el que he estado esperando. Lippi ha probado muchos esquemas y ha movido de posición a sus jugadores, y toda la prensa lo critica diciendo que no tiene equipo fijo, que no tiene claras las ideas y que a la Azzurra le hace falta fantasía para defender el título. Tengo mis dudas al respecto. Cerrando mi ojo fanático un momento puedo ver que los argumentos de la prensa tienen base y deben ser debatidos, aceptados al menos, pero la defensa de Lippi es también buena, aunque ambigua.
El seleccionador dice que en realidad tiene las ideas muy claras en su cabeza, que el equipo que va a usar está demasiado claro y que si en toda la semana no lo han adivinado pues deberían cambiar de trabajo. Así lo declaró hace pocas horas en la conferencia de prensa, con la soberbia que tan bien se le conoce. Puede parecer un idiota testarudo defendiendo a ultranza su idea errada, ciego ante sus errores y abrazando su locura hasta el final, pero… ¿y si tiene razón? ¿Y si no está loco?
Si Lippi realmente tiene sus ideas claras en la mente y todas las pruebas, el entrenamiento en la altura, la preparación física y los cambios tácticos, si todo ha sido fríamente calculado como parte de un plan bien elaborado y ejecutado (tal como asegura el DT italiano) pues entonces deberemos ver la mejor versión de Italia sólo a partir del segundo partido, cuando se habrá superado ya al (teórico) rival más difícil, Paraguay.
Viendo de cerca y con lupa el equipo de Lippi nos damos cuenta que es un 4-3-3 con traje de camaleón, porque utiliza solamente 2 delanteros (Gilardino – Iaquinta) aunque arriba juegue también Pepe (en ausencia de Camoranesi) recostado por la derecha. El nuevo jugador de la Juventus es realmente un mediocampista capaz de jugar por ambas bandas, no muy hábil con el balón en los pies pero bastante inteligente cuando se trata de posicionarse y moverse sin balón. De ese modo, cuando Italia ataque Pepe seguramente estará bien arriba como un atacante del 4-3-3 y dependiendo de la posición de Marchisio estaríamos hablando de un 4-2-3-1 si este se mueve por el centro, pero una vez que se pierda el balón podrán ver como se dibuja el clásico 4-4-2 con Pepe por derecha y Marchisio por izquierda, igual que en la Juve.
Esta capacidad de “mutar” en pleno partido es lo que me lleva a pensar que Lippi sí tiene las ideas claras porque sabe que el camino a la final está lleno de obstáculos de todos colores, unos bajitos, otros altos, algunos veloces, otros duros, y se está preparando para enfrentarlos a todos. Hoy tendrá enfrente a Paraguay, un equipo realmente bueno que pude seguir de cerca durante las eliminatorias sudamericanas, y tan bueno lo considero que de hecho apuesto por el empate.
(abajo: Lucas Barrios, delantero nacido el 13 de noviembre de 1984 en San Fernando, Argentina. Adoptó la nacionalidad paraguaya y es uno de los atacantes más peligrosos de la selección)
Este equipo fue capaz de faltarle el respeto a Brasil y apenas quedó un punto detrás de la Verdeamarelha en la tabla, junto a Chile pero tercero por diferencia de goles. Si eso no sirve de aviso no sé qué será. El equipo de Martino usa el más básico 4-4-2 que se conozca y en su simplicidad está su gran efectividad. El portero es muy bueno, la defensa maneja bien los balones altos y no se pone nerviosa ante delanteros veloces, el mediocampo juega bien cerca de la retaguardia y cierra los espacios; pero el peligro viene cuando recuperan el balón y sueltan a los dos de arriba de frente al arco, con velocidad y potencia.
Paraguay es un equipo hecho y derecho, y visto que juegan a la contra no me sorprendería que le crearan más de un problema al equipo italiano, especialmente porque probablemente se juntarán los compañeros del Borussia Dortmund Lucas Barrios y Nelson Haedo Valdés. Imagino que tanto Zambrotta como Cannavaro serán los objetivos preferidos de ambos atacantes, porque son los más lentos de la zaga italiana y sería el punto débil al que yo le apuntaría si fuese Gerardo Martino. Esto no es secreto, lo sé yo, y lo debe saber Lippi (espero que sea así).
MI ojo crítico me dice entonces que el partido será difícil y no me puedo esperar mucho de la Azzurra, pero mi ojo fanático me recuerda que Italia le apunta siempre a la final, que juega a medio motor en la etapa de grupos, que se clasifica por los pelos y luego empieza a mostrar de qué pasta está hecha a partir de los cuartos de final. Si todo va bien y la Azzurra consigue clasificar primera de grupo, en caso de superar octavos encontraría muy probablemente a España. Saquen la cuenta y se darán cuenta que es altamente probable. Es el partido que más deseo en este torneo y espero poder disfrutarlo. Pero por ahora Paraguay, un paso a la vez y sin apuro, como dice mi madre “piano piano si arriva lontano”.
PD: Durante todo el torneo estaré a cargo de la crónica en directo de los encuentros nocturnos (hora de Suráfrica o Europa central, por la tarde en Suramérica), con comentarios de medio tiempo y final de partido que podrán disfrutar a través de Facebook, Twitter o entrando al portal informativo www.informecifras.com
Y que siga rodando la pelota en Suráfrica…
PRONÓSTICO 101: Italia 1 – 1 Paraguay
Respuesta 101: el 23 de noviembre de 1947 el Real Madrid CF jugó un partido contra el Atlético de Madrid en el Estadio Metropolitano y se convirtió en el primer club español en la historia que usó los números en la camiseta.
Trivia 101: Diego Armando Maradona quiere llevar a su equipo a la gloria tal como hizo en el ’86, esta vez desde el banquillo dando órdenes. Si lo logra se convertiría apenas en el segundo hombre en la historia que haya levantado la Copa del Mundo FIFA primero como capitán y luego como entrenador. ¿Quién fue el primero?
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