Esperando el mundial que ya está a sólo 10 días de distancia aún salen a flote noticias y momentos interesantes en el mundo del balón. Ayer fue el gran día de la presentación del nuevo entrenador del Real Madrid, José Mourinho. Es imposible no dedicarle unas líneas, seamos sinceros.
Estamos hablando del entrenador de moda, el actual campeón de Europa, detentor del único Triplete Italiano en la historia y el personaje más polémico (y entretenido, periodísticamente hablando) del mundo del fútbol en el último lustro. Ahora está a cargo del banquillo más importante y prestigioso en el mundo a nivel de clubes, y defenderá el color que hizo la historia de Europa primero que nadie, el blanco.
Revisando las primeras declaraciones de Mourinho en su presentación merengue encontramos algo curioso, pues dijo que lo bonito no es jugar ni entrenar al Madrid sino ganar en el Madrid. Mis lectores me conocen pero aquellos que no lo sepan deben saber que yo soy un admirador declarado de Mourinho, porque es pragmático y eficiente en su trabajo mientras otros se adornan de tanta parafernalia pero sin lograr el objetivo primordial. Es la eterna discusión del Menottismo y el Bilardismo.
Yo soy Bilardista, pero no puedo criticar a los Menottistas verdaderos porque hay un común denominador que enlaza a ambos estilos: la victoria. Esta es la clave de todo este asunto. Tenemos dos estilos diferentes, diría que diametralmente opuestos, pero ambos son efectivos si se usan de modo correcto, ambos son capaces de lograr el objetivo y levantar la copa. Así lo demuestra la historia pues ambos entrenadores ganaron un mundial con Argentina, 1978 y 1986.
Pero la historia tiene una forma curiosa de repetirse y ahora tenemos un ejemplo tan fresco que la pintura en los titulares de prensa está aún por secarse. Hace apenas un año el mundo estaba alabando al gran Barcelona de Guardiola por haber logrado el mágico Triplete mediante un fútbol de ataque espectacular, a toques cortos y desmarques de Futsal que trae a flote las memorias del fútbol total Orange (para aquellos que lo vivieron y lo recuerdan, mi memoria en este caso se llama youtube). Actualmente llamado tiki-taka en España, el fútbol del Pep-Team fue vanagloriado hasta el cansancio.
Un año más tarde nos encontramos con José Mourinho y el FC Internazionale Milano ganador del mismo Triplete, las mismas tres copas, el mismo honor, pero con un estilo completamente opuesto. La propuesta de Mourinho hace retorcerse de asco a los amantes del supuesto “buen fútbol” pero deja claro que es posible la coexistencia en este mundo de ambas filosofías de juego. Será casualidad o capricho del destino que ambos hayan logrado semejante hazaña justo en años consecutivos, como para dejar en evidencia esta teoría.
Ahora la atención se traslada pues a la ciudad de Madrid, donde se encuentra el principal enemigo del club blaugrana, actual bicampeón de Liga. La reputación del Real Madrid es demasiado grande para aceptar fracasos o siquiera la mediocridad, así que la temporada actual ha de ser considerada absolutamente negativa. Se gastaron millones y no se consiguió ningún título, pero no solo eso, también hay que añadir la humillante eliminación en la Copa del Rey y la derrota en Champions ante el Lyon, por 6to año consecutivo en octavos. Cualquier otro club manejaría esto como un episodio más, un año negativo como lo pueden tener todos, pero esto es el Madrid y aquí la derrota es inaceptable.
La llegada de Mourinho al Madrid es un golpe mediático impresionante, un pico más en la carrera exitosa del entrenador portugués, pero la mayor trascendencia recae sobre el club al que llega. Entendámonos mejor, desde que llegó Florentino Pérez a la presidencia del equipo merengue hace 10 años en el 2000 el club ha visto una mejora a nivel económico y una gran modernización de infraestructura, pero ha sido uno de los peores períodos deportivos en la historia del Real Madrid.
La gran culpa ha sido primordialmente del mismísimo Florentino Pérez, aunque Ramón Calderón no haya hecho mucho por remediar las cosas. La idea inicial de Florentino hace 10 años estaba condenada al fracaso y cualquier éxito que obtuvieron fue simplemente el residuo de la gestión precedente de Lorenzo Sanz. Su idea de juntar a los mejores jugadores del mundo esperando que estos jueguen por sí solos funciona solamente si el equipo forma parte de un videojuego. Durante años fue él quien decidió las compras y ventas de jugadores, ligeramente secundado por la opinión de Jorge Valdano pero sin dar mucho valor a dicha opinión pues este último simplemente satisfacía los caprichos de su jefe.
La perspectiva de Florentino era estrictamente económica y le funcionó en ese aspecto pues las cuentas quedaron bastante saldas y los bolsillos bien llenos, pero siempre quedaba la figura del entrenador ni siquiera en segundo plano, más bien en ningún plano. En la actualidad nos hemos dado cuenta de lo importante que es el rol de un entrenador capaz, como un buen director de orquesta o un general de guerra. Por más buenos que sean los músicos o los soldados, sin una guía adecuada no logran encontrar la sintonía de las notas o la sincronía de los ataques, se pierde la melodía y la guerra. Un equipo de fútbol es igual.
Luego de 10 años, millones y millones de euros en fichajes y cientos de portadas de diarios con la palabra “fracaso”, Florentino Pérez parece haber aprendido la lección y ha tomado la decisión más inteligente para el club que preside, dedicarse exclusivamente a dar el sí y poner la firma en los cheques. Si ha sido Mourinho su elegido es precisamente porque entendió finalmente que lo importante no era vender el producto sino crearlo y desarrollarlo para que este se venda solito, esa es la mejor vía hacia la gloria, el regreso del prestigio a la casa blanca. El mensaje con Mourinho es claro.
De ahora en adelante los jugadores serán elegidos por Mourinho, se hará lo que él necesite para transformar un grupo de jugadores en un equipo compacto y unido, como hizo en el Porto, el Chelsea y el Inter, que se sacrifiquen por un fin común y que logren acatar las órdenes del jefe, no el del palco sino el del banquillo. Valdano deberá hablar con Mou para sondear los nombres que hagan falta del mercado y para decidir quiénes no formarán parte del proyecto. El argentino se encargará de gestionar las negociaciones y Florentino no deberá más meter sus narices en el asunto. Es así como se construye el camino a la Décima.
Ya no se buscarán jugadores que vendan camisetas o aumenten los pagos por derechos de transmisión televisiva. Ya no se comprarán jugadores que llenen estadios con su sola presencia para luego ver las copas llenarse de blaugrana. Como dirían en mi tierra, “se acabó la guachafita”. Es hora de regresar al club merengue a su antigua gloria, a la que le pertenece, aquella que lo mantiene como el club más prestigioso del planeta, la camiseta más deseada por un jugador profesional. Y esa historia, ese prestigio, no se obtuvo con nombres ni con entrenadores ni con juego bonito. Como pudo ver el mismísimo José Mourinho cuando firmó el contrato en la sala de trofeos, la historia del Madrid descansa en esas 9 Copas de Europa que nadie más tiene. La leyenda se creó con las Copas y los títulos, no con el juego ni el dinero, y Mourinho lo sabe muy bien. Así los dejo entonces con esta perla de Mou, un extracto de su discurso de presentación en la Casa Blanca:
“…mi carrera está siendo muy bonita, y ahora entrenar al Real Madrid es un orgullo. Pero lo más bonito, bonito, bonito no es entrenar o jugar en el Real Madrid. Lo bonito, bonito, bonito es ganar en el Real Madrid. Y ésta es mi motivación…” – José Mourinho 31/05/10
Respuesta 101: Paolo Maldini alzó la UEFA Champions League el 23 de mayo del 2007 en el Olimpic Stadium de Atenas, cuando había cumplido 39 años 10 meses 27 días de edad, siendo hasta ahora el jugador más longevo en ganar dicha Copa.
Trivia 101: la camiseta del Real Madrid es conocida alrededor del mundo y considerada la más elegante y prestigiosa de todas por su limpio color blanco y su historia. En el año 1947 sin embargo, la camiseta del equipo merengue sufrió una ligera modificación y aquel blanco no fue más nunca el mismo, ¿qué le sucedió a la camiseta del Madrid?
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