Bienvenidos a Suráfrica...
Al final la balanza regresó a su estado inicial. Alemania venció a Ghana, se clasificó primera del grupo y le dejó a los africanos el segundo puesto gracias al resultado del otro partido.
No voy a decir que ganó el mejor equipo, ni el que más calidad tenía, simplemente ganó el equipo con mayor temple y que aprovechó mejor la ocasión más clara. Al final, cuando se llega a estos momentos decisivos cuenta mucho el factor psicológico, esa capacidad mental para controlar los nervios y ejecutar las acciones que normalmente se ven, de puro talento, de las que deciden el resultado de un juego. Esa capacidad la tuvo Özil en un momento clave y bastó.
En general el conjunto alemán maniobró muy bien en ataque, como hasta ahora lo han hecho cada vez que encontraron espacios para rotar posiciones, hacer paredes y desmarcarse. entre Müller, Özil y Podolski combinaron siempre con Cacau pero dejando por el camino tantas jugadas a la mitad, cometiendo errores de control de balón que jugadores de tanta clase usualmente no muestran. Sólo luego del gol parece que lograron mejorar pero no mucho pues seguían errantes, agitados, y nunca bajaron la intensidad pues buscaron el segundo gol hasta el final.
Ghana dejó en evidencia todos los defectos de la defensa teutona con velocidad y fuerza, porque Mertesacker es lento y torpe, Friedrich igual, Boateng es mejor ala ofensiva que lateral defensivo haciendo parecer a Badstuber un defensor de gran clase. Si no fuese por Lahm que hizo relevos a diestra y siniestra el resultado hubiese sido otro; además, Bastian ha hecho una gran labor como director de orquesta delante de la defensa a pesar de no ser ese su rol natural pero insisto en que el mundial no ha mostrado su verdadera cara aún.
Y es que la Mannschaft sufrió un mundo cada vez que Cyan se lanzó al ataque con balón dominado, creando pánico entre los defensores rivales que sin embargo aprovechaban la falta de apoyo colectivo de Ghana. El encargado de complementar ese ataque africano, Prince, quedó ciego con el reflejo de su propia imagen cada vez que se veía al espejo haciendo maniobras y piruetas individuales que no producían nada a nivel colectivo. Así, las estrellas negras nunca pudieron aprovechar todas las ventajas que les ofreció la defensa teutona. Por fortuna para ellos que Serbia completó un Harakiri contra Australia.
Ahora Löw deberá llevar a su equipo a un nuevo nivel porque los octavos de final le regalan un verdadero caramelo agridulce: Inglaterra. Quizás ante los ingleses de Capello se verá agua salir por las grietas de la defensa alemana, especialmente ahora que Bastian Schweinsteiger se lesionó y está en duda para dicho juego.
Los dejo aquí y los invito mañana a seguir la crónica del partido Slovenská vs Italia como siempre los comentarios de Fútbol 101. Y que siga rodando la pelota en Suráfrica.
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